Vistas de página en total

domingo, 6 de febrero de 2011

Teoría de los temperamentos

Empedocles nos hablaba ya de cuatro elementos presentes en el ser humano (agua, aire, fuego y tierra) que, según el peso de cada uno, conforman nuestra forma de ser. Los 12 signos "oficiales" del Zodiaco se dividen a su vez en signos de agua, aire, fuego y tierra. Tres signos en cada elemento.

Hipócrates, por su parte, habla de humores: sangre, pituita, bilis amarilla y bilis negra. Y Aristóteles cambia la terminología por personas de sangre ligera (insensibles), de sangre fría (distantes, intelectuales), de sangre caliente (apasionados) y de sangre pesada (sensibles). Esta terminología sigue empleándose hoy en día.

Jung introduce el concepto de temperamento, y nos habla igualmente de cuatro, como los anteriores: sanguíneo, flemático, colérico y melancólico. El carácter de una persona vendrá conformado por la combinación de estos temperamentos (entre los que uno casi siempre será el predominante) sumados a la libertad individual fruto de lo que esa persona decide hacer o no con su vida.

En teoría de guión, se puede tener en cuenta lo que dice Jung a la hora de crear un personaje coherente. Se parte del principio de que caraceteres hay tantos como personas; temperamentos, estos cuatro.

Temperamentos extrovertidos (sanguíneos y coléricos)

1. Sanguíneos
Inconstantes, superficiales, tolerantes, seguros, se relacionan bien, frívolos, irreflexivos, inconstantes, volubles, tono vital alegre, activos, despiertos, con iniciativa.
 
2. Coléricos
Constantes, tenaces, intolerantes, muy seguros, despóticos, apasionados, entusiastas.

Temperamentos introvertidos (flemáticos y melancólicos)

3. Flemáticos
Lentos (no se precipitan), tolerantes, dependen de los demás, caen en la indiferencia, serios, equilibrados.

4. Melancólicos
Responsables (un gran sentido del deber), desconfiados, poco seguros, se adaptan mal, preocupones, susceptibles, escrupulosos, sensibles, tienden a la soledad, angustiosos, tristones, pesimistas, con un evidente complejo de culpa e inferioridad.

Cabe recordar que es muy difícil (y nada creíble como espectador) encontrar un personaje al que se pueda identificar al cien por cien con uno solo de estos temperamentos. Especialmente el melancólico.

Y termino con un concepto que en dramaturgia hay que tener muy claro, y que me parece bellísimo y muy aplicable al mundo real:

(Un personaje) cuando piensa, habla, y cuando siente, actúa.

1 comentario:

  1. ¡Vaya! Pues me acabas de dar una idea para hacer una cosilla jejejejej ¡Gracias!
    Abrazos de tarde de domingo.

    ResponderEliminar