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lunes, 21 de febrero de 2011

Comienza la semana, o no

Hoy es lunes, que viene de Luna, como martes de Marte, miércoles de Mercurio, jueves de Júpiter, viernes de Venus, sábado de Saturno (en castellano deriva del hebreo Shábbath) y domingo de Sol (en castellano deriva del latin Dominicus). Salvo el portugués (curioso) las lenguas occidentales otorgan estos nombres en honor a los siete cuerpos astrales errantes que se podían observar a simple vista desde la Tierra, salvo alguna excepción en lenguas sajonas, que tiran también de la mitología germana. El porqué de ese orden es otra historia mucho más complicada.

El lunes no es el primer día de la semana para todos, ni mucho menos. En los países sajones, en las tradiciones judía y musulmana, etc., lo es el domingo. En cualquier caso, sábado y domingo son considerados como fin de semana de días no laborables para una inmensa mayoría.

Que sean siete días y no ocho cuadra a su vez con el período más que aproximado de cada fase lunar, lo que haría de un mes lunar aquel de entre 29 y 30 días que arranca con el primer día de luna nueva. Este intervalo resultaba muy útil para 'medir' fenómenos como el ciclo menstrual o las mareas, pero resultaba insuficiente si se tenía en cuenta las estaciones o las épocas de cosechas. El calendario musulmán es lunar (doce meses y 355 días). El judío, chino o hindú, entre otros, son lunisolares, y tienen en cuenta las fases lunares y solares a un tiempo. En occidente, tras muchos ajustes, heredamos el calendario solar gregoriano (que viene del juliano, que viene del romano, que se inspiró en el egipcio) que establece un año de 365 a los que añadimos uno extra en los años múltiplos de 4 salvo en aquellos múltiples de 400. La órbita de la Tierra tiene estos caprichos.

De vuelta a los nombres, se cree que al principio el calendario romano constaba de diez meses, comenzando con el equinocio de primavera, el inicio de las cosechas. Así, el primer mes era el consagrado a Marte, dios de la vegetación (marzo), el segundo puede que hiciera referencia a Apru, diosa etrusca de la fertilidad (abril), el tercero a la diosa de la floración Maia (mayo), el cuarto a Juno, diosa del matrimonio (junio), y los restantes (quintilis, sextilis, september, october, november, december) debían su nombre al ordinal en latín. Más tarde se añadieron los dos primeros, dedicados respectivamente a Jano, dios de las fronteras (enero) y a la fiesta de las purificaciones o februa (febrero). Julio César y Augusto dieron nombre al quinto y sexto, con lo que queda la nomenglatura actual. 

El porqué del uno de enero como inicio del año creo que viene por la fecha estimada de la circuncisión de Cristo, según la reforma gregoriana. Pero no me queda del todo claro.

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