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martes, 22 de marzo de 2011

La primavera

La primavera trompetera ya llegó,
ya me despido del abrigooooooo...

Dice el tópico que en estas fechas las emociones se vuelven más intensas a todos los niveles. Eso es algo bastante incierto, pero lo de la química no se me dio nunca del todo bien (a falta de un buen profesor) así que no soltaré ninguna chapa seudocientífica. 

A falta de poder retozar en cualquier parque, me quedo con las ganas de poder leer sobre el cesped del brazo de una litrona, de carreras más continuadas, de charlar sin tiritona en un banco, de poder fumar tranquilo con mi tapa y de los sprints en bicicleta sin que el frío me escarpe la piel. Tendré excusas para ponerme más y más moreno, y llegará un momento en que sólo seré visible de noche si sonrío. Todo será bonito, me haré fuerte ante el polen y disimularé peor aún mi mirada hacia el escote de tantas mujeres. Los días cada vez serán más y más largos y las noches más y más apetecibles, y eso estará bien. Surgirán muchas parejas, y tal vez alguna aguante hasta que uno de los implicados marche en agosto a la playa. Habrá muchos eventos que cubrir, y otras tantas obras de teatro, películas y conciertos que me apetecerá ir a ver, seguro. Haré la mitad de la mitad de la mitad de las cosas que se me pasan por la cabeza y mi apatía me dejará con las ganas de más de una o de dos experiencias, aunque esto por ahora me preocupa menos. Los días de lluvia, como estos, saldremos a la calle para perderla el respeto (a la lluvia) y ver si en remojo crecemos todavía un poco. Llegarán los constipados, y con ellos algún que otro encuentro, espero, que me ofrezca algo nuevo.

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