Vistas de página en total

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Números complejos

No llegamos aquí con manual de instrucciones.

Sentimos la necesidad de pedir disculpas por lo que creemos que nos hace peores, tememos caer con la misma piedra y en su lugar elegimos otras muchas con las que tropezar de nuevo, decimos no queriendo decir sí, vemos en el no una puerta cerrada y en el sí una trampa de la que desconfiar, nos reprimimos como acto reflejo, damos las gracias creyéndonos incapaces de aceptarlas, nos vemos indefensos cuando nos miran (porque no queremos ver), gritamos con miedo de que nos oigan, exigimos ser perfectos porque proyectamos en otros esa utopía, nos sabemos inferiores porque aún no hemos aprendido a querernos, escrutamos cada gesto buscándolo todo en él, aprendemos con reservas, reconocemos en nuestra vergüenza la incapacidad de amar, no aguantamos ante el espejo por temor a lo que quiera devolvernos, nos odiamos si nos quitamos la ropa, pensamos tanto que no podemos renacer, pedimos más de lo que somos capaces de dar, nos frustramos ante lo que no somos capaces de obtener, tenemos demasiado miedo a equivocarnos, nos aterra demasiado el fracaso, nos creemos en una guerra, nos comparamos con alguien a quien no conocemos, nos enfrentamos cada minuto con nuestro pasado, bailamos obsesionados por no hacer el ridículo, y nos duele admitir que cada uno tiene que bailar como quiera.

Somos gilipollas. 

No puedo pedir a nadie que se tranquilice un minuto, que cierre los ojos y se diga a sí mismo que todo es fácil. Ni yo me lo creo. Nos supone tanto esfuerzo relajarnos y no poner un interrogante a las cosas que llegamos a creerlo imposible. Estamos llenos de complejos, y siempre nos dieron pánico esos números por saberlos más que los naturales y enteros, racionales e irracionales, pares e impares. Primos y hermanos. Busco la sencillez en lo que explico pero yo también me complico la vida. Me fustigo cuando creo haber hecho daño, y no encuentro un porqué a tanto miedo. He sido feliz cuando me he sentido libre, pero es una sensación tan intensa como efímera. Y ocurre tan poco que olvidas cómo se hace.

No hay comentarios:

Publicar un comentario