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jueves, 7 de junio de 2012

la mochila (descosida)

La recuerdo como mi primera excursión, pero no estoy seguro de si fue al Zoo de Madrid o a cualquier otro sitio de por aquí cerca. 

Eran eventos reseñables en el calendario, en cualquier caso. Llevabas bocadillo, zumo, alguna chuche, gorra para el sol y por extensión todo aquello que no utilizabas durante el resto del año. Además, montabas en un autobús hacia el fin del mundo con unos compañeros de pupitre, transformados en compinches, dispuestos a darlo todo en la aventura más increíble jamás conocida por el hombre. Incluso llevabas dinero: veinte duros o trescientas pesetas para comprar algún llavero, postal o vete tú a saber qué capricho.

Mi primera excursión, entonces. La ubico entre tigres en vitrina, serpientes de cristal y marchas en fila india. Recuerdo a su vez terminar el día con la mochila descosida, y tener a la profesora siguiéndome por detrás recogiendo las cosas que se me iban cayendo al suelo. "¿Pero qué mochila llevas?", preguntaría. Pues la mochila especial para excursiones, supongo, algún regalo por la compra de tres bayetas de baño y con la marca de Scotch Brite, por ejemplo. Era yo muy de aprovecharlo todo (vamos, lo que me dijeran, que a esas edades seguía siendo un apéndice), por eso apuraba los lápices hasta no poder ya casi agarrarlos, tripitía camiseta y mudas, me duchaba tanto o menos que el niño de La vida es bella y no se compraban libros de texto a no ser que fuera imperativo legal. Para que luego hablen de pizarras digitales... ¡Ja!

Lo mejor era la vuelta, sin duda. Ver a tu madre saludarte embobada tras el cristal e ir corriendo hacia ella para contarle atropellado las mil y una aventuras vividas. Llegar derrotado en cuerpo y victorioso en alma, contando los milisegundos que restaban para la moviola del dia después, entre los silencios del maestro y tras los rincones del patio. Ese día no jugabas... ¡volvías a viajar!, y sentías a viva piel la inminente llegada del verano, terreno por cultivar de otras tantas batallas.

1 comentario:

  1. Diego, me ha encantado esta entrada. Es curioso porque te reconozco en todo lo que dices, describes a un "minitú".

    Un beso y feliz cumpleaños.

    Lorena

    P.D: Aunque no comente te leo con frecuencia.

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