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sábado, 21 de julio de 2012

Enemigos

Caigo en la cuenta de que buscamos enemigos en todas partes, y así eludimos culpas propias y nos sentimos mucho mejor con el mundo; pero hay que tener cuidado con las personas hacia las que apuntas con tu objetivo, porque corremos el serio riesgo de caer en la desinformación y de engañar hasta a nosotros mismos.

A modo de ejemplo: saltan datos en las redes de cerca de 450.000 políticos en España, y corremos a compararnos con los alemanes porque nos sabemos la lección de la prima de riesgo y resto de familia, y está muy bien. Yo mismo caí en el error de hacerme eco de la cifra así que no me creo mejor que nadie. Por suerte me facilitaron al poco otro artículo que desmentía el dato (difundido por un periódico de perfil conservador) y lo cifraba en poco más de 80.000. As easy as "contraste de información": no sé en qué curso se da, pero supongo que junto con esa gilipollez de deontología profesional que luego nadie cumple.

Los políticos y banqueros, así como los orcos, las arañas y las niñas con plataforma, son objeto entre otros de nuestras iras y ganas de liarnos con el tirachinas, y no sólo lo entiendo sino que en tardes como ésta de pocas ganas de hacer nada (incluso) lo comparto. Ojalá logremos canalizar esa energía desbordante de manera que no caigamos en la ceguera fácil y el pago de justos por pecadores, eso es todo. Lo cual no es nada fácil, en un país de extremos donde el gobierno saliente nos dejó con una mano delante y otra detrás, y el vigente peca de soberbia, cobardía, amor crónico a la mentira y un profundo desprecio hacia quienes levantan su voz. No se puede gastar todo (y más) cuando se tiene y tratar de ahorrar cuando no. Es simple economía doméstica, más allá de ideologías convergentes y trajes de Emidio Tucci. Así de fácil.

Lo de que el tiempo pondrá a cada cual en su sitio es algo en lo que uno siempre quiere creer, pero de qué sirve si volveremos a cometer los mismos errores.

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