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viernes, 30 de septiembre de 2011

Unbalanced

Tienes más experiencia que yo en casi todo: cuestión de edad. Y por descontado tu inteligencia, desbodante, viaja por otros senderos que la mia, desbordada. Por eso te pregunto si entiendes todo esto, tú que todavía crees en un mundo mejor, y cuya inocencia aflora tras tus X recién cumplidos.

Tú, cuyo signo es la balanza, sabes mejor que yo que en lo que te rodea siempre hay un plato más bajo que el otro, y mientras 1.000 millones tiran su comida, más de 1.500 carecen de ella. Al escuchar (de nuevo) estos datos, algo tan simple como la Economía, que no es otra cosa que la administración del patrimonio, deja de servir al hombre para invertirse el proceso. Y, de repente, te das cuenta de que somos un poco más tontos de lo que queremos aparentar.

Habemus

A veces lo pequeño abre las puertas de algo más grande.


Habemus casa.

martes, 27 de septiembre de 2011

Salva a la animadora...

... ¡salva al mundo!

Por desgracia, a pesar de querer tener superpoderes y luchar en favor del bien, el mundo anda algo tocado a estas alturas, y más tras las últimas declaraciones de un trader con cara de buena persona. Esperad, ¿he escrito yo eso?

El caso es que el mozo, un hombre de posibles y buenas (o no) intenciones, ha revelado al mundo quienes son los verdaderos putos amos de todo esto: "Goldman Sachs gobierna el mundo". Está muy bien como titular, pero por desgracia podríamos sumar a ese nombre el de otros grandes grupos de inversión, cuyo oficio es crear dinero pero no riqueza.

Todos los que han comprado a la baja para rentabilizar su inversión son culpables de todo esto, así que no nos engañemos, los que salen en los mítines hablando sin decir nada no son los que dirigen el cotarro. Los buenos de verdad se guardan el asiento de al lado, la fila de atrás y un lugar en el Olimpo. 

Los otros, aunque ponen la cara para que les lluevan las críticas, forman parte de la servidumbre. Muy bien pagada, eso sí.

Google

Google cumple trece añitos hoy, un día antes que mi padre. Libra tendría que ser...

Y es que a veces una idea (a tiempo) vale más que mil palabras y otros tantos millones de euros. 

Eso es lo que, los que nos engañamos a nosotros mismos llamándonos creativos, nos repetimos día a día para burlar toda la mediocridad que nos rodea (y de la que, inexorablemente, formamos parte).

P.S. Mediocre: 
1. adj. De calidad media.
2. adj. De poco mérito, tirando a malo.

c

Los neutrinos son unos cagaprisas, ya nos lo habían advertido las personas inteligentes, pero hasta hace unos días no tuvo lugar un experimento que por primera vez cuestiona algo tan asentado en la física moderna como aquello de que no hay nada más veloz que un fotón (= luz) en el vacío. 

Y es que los jodíos neutrinos demostraron ser más rápidos que un flexo, y los científicos se quedaron con la misma cara que se me queda a mí al ver tu escote. Ellos (como entes inteligentes) reaccionaron de forma prudente, y lejos de alardear de un descubrimiento que cuestionaría algunos de los postulados de la relatividad general, lanzaron un SOS al mundo para ver dónde podría estar el error. Una humildad ausente en otros muchos ámbitos, mucho más necesitados de neuronas.

Y es que la ciencia ha avanzado así siempre: atacando a los cimientos de lo que parecían ser edificios sólidamente construidos. Eso no significa que de la noche a la mañana Einstein se equivocara (de la misma forma que la física newtoniana o la geometría euclídea se sigue estudiando en los institutos, para jolgorio de estudiantes); de otra forma no podría estar escribiendo en este blog, puesto que las comunicaciones vía satélite o la tecnología GPS son sólo algunas cosillas del día a día que le deben mucho a la visión de la realidad arrojada por el tío que nunca se peinaba... Pero si se confirmara el fenómeno, sin duda nos ofrecería una llave hacia posibilidades tan maravillosas como la de poder viajar en el tiempo hacia atrás (hasta ahora sólo se preveía la posibilidad de viajar "hacia adelante") y, desde luego, nos confirmaría que esa malla tan intrincada como es el espacio-tiempo y que vuelve enloquece a las mentes más brillantes del planeta... es más díficil (todavía) de entender de lo que parecía.

lunes, 19 de septiembre de 2011

La espera

Con los años uno mecaniza mucho de su día a día, y por ende mucho de lo que le sucede en intervalos más amplios. Entiendo que forma parte de un aprendizaje que deriva en eso que llaman experiencia. La experiencia coincide a veces con la pérdida de la sorpresa y con el cansancio, y entonces un buen lunes uno aprovecha la espera ante una máquina de café para decirse a sí mismo: "necesito nuevas experiencias".

Pero claro, puede que lo que uno interpreta como nuevas experiencias no sean en realidad tan nuevas, y una vez cumplidas se plantee el hecho de que no era para tanto, y pida más, y caiga en un bucle eterno sin mayor salida que la que uno se quiera dar a sí mismo a modo de mentira.

Y es que vivimos rodeados de rutina. Está en nuestra condición, pero aparte ni mente ni bolsillo alcanzan de continuo a ofrecernos motivos para escapar de ella. Supongo también que es un problema de actitud ante las cosas, un abandono paulatino de "loquefuera" que nos hacía creer de pequeños que un árbol abandonado eran mil otras cosas a un tiempo. Experiencia, madurez, estupidez creciente... llamadlo X. 

La incógnita, en cualquier caso, de una ecuación de difícil solución, por muchas matemáticas que se aprendan.

jueves, 15 de septiembre de 2011

El cauce

Lo comentaban en la radio: el caso de un chico que en época de crecidas se lanzó al río con un préstamo de 300.000 euros, y tan alegremente se lo concedieron como él se lo gastó en la casa, en un coche, en un… Ahora (que el río va más bajo) se encuentra con que no puede costear la hipoteca, alquilar el inmueble (a precio de hoy) no le alcanza para ir pagando las cuotas y para colmo le han quitado horas en su trabajo (= cobra menos). Si lograra vender el piso al precio al que se lo acaban de tasar, seguiría debiendo 100.000 euros al banco (= mal asunto), con lo cual sólo le queda esperar a:

- Que gane el Euromillón.
- Que le embarguen.

Y es entonces cuando nos acordamos de comprobar la profundidad de la piscina antes de tirarnos de cabeza, no sea que nos abramos la crisma (= lo que nos decían nuestros papás cuando éramos minipinkis).

martes, 13 de septiembre de 2011

Martes y 13

Naciste un martes y trece.

Tenía razón tu madre.

Y yo la bendición de que seas la mía.

P.S. Felicidades.

El primer día (desde el segundo)

Y todos los escolares cantamos (en nuestros recién estrenados pupitres):

I don't want to grow up,
I'm a Toys'r'us kid.
There's a million toys at Toys'r'us
that I can play with!
From bikes to trains
to video games,
it´s the biggest toy store there is!
Gee whiz!
I don´t want to grow up,
cuz baby if I did,
I wouldn't be a Toys'r'us kid!

domingo, 11 de septiembre de 2011

Vulnerables

El día en que muchos de nosotros nos supimos vulnerables no tenía gran cosa que hacer. Hacía menos de una semana que acababa de volver de Inglaterra, donde pasé un verano que todavía recuerdo con una sonrisa en los labios. Retrasé algo mi regreso, tras decidir que valía más la pena hacer turismo en Londres que el esfuerzo por tratar de recuperar una asignatura de segundo de carrera (que suspendería igualmente). 

Acabábamos de comer mi madre y yo, y malgasté la sobremesa tumbado en el sofá del salón, haciendo zapping en una televisión totalmente inundada de imágenes made in USA que no supe digerir como reales. Es mi reacción ante lo incomprensible (ante el horror de una barbarie): fingir que no ocurre nada, alejar la mente de mi cuerpo, ponerme una película y esperar. No sé a qué.

No es una gran historia que contar si me preguntaran qué hacía yo durante los ataques del 11S, lo reconozco, pero es lo que hay. Diez años después, uno coge perspectiva, sigue aprendiendo a mirar a su alrededor bajo la pérdida de la inocencia, y lo único medianamente ingenioso que le viene a su cabeza es aquello del "ojo por ojo, y todos tuertos", que ni si quiera es suyo.

Creatividad marchita en una tarde de domingo, en la que la vida sigue incluso para aquellos que sobrevivieron.

viernes, 9 de septiembre de 2011

La patente olvidada

Sé que pedirte que no me cuentes tantas cosas a las dos de la mañana es como suplicar a Maná que no incluyan la palabra "amor" en todas sus canciones. Sé también que son horas en las que quien trabaja en solitario busca a quien se finje desvelado para llenar su vacío. Y sé por último que todo lo que escucho es verdaderamente interesante, pero falla el lugar y sobre todo el momento.

Con una copa de más, exceso de calor y al borde del mareo bajo un tubo fluorescente, me da la impresión de que tras esa imagen de vigilante se esconde una mente privilegiada, y hablas de tiristores, bujías y condensadores de flujo (¡Socorro, McFly!) de la misma forma que yo les descubro a mis alumnos el maravilloso mundo de los quebrados. Y uno se pregunta qué pudo impedir que tus ideas, tus inventos y tus conclusiones nunca buscaran reconocimiento y fama algunos, por qué nunca se te ocurrió vivir bajo el éxito de tus patentes, y cómo el resto perdimos una oportunidad de vivir en un mundo mejor.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Déjà vu

Ya lo he vivido antes: esa especie de euforia contenida cuando te ofrecen un trabajo nuevo. Así que seguiremos conteniendo, que todo lo que empieza tiene un final y se trata ni más ni menos de aprovechar el intervalo.

P.S. Ya era hora.

martes, 6 de septiembre de 2011

La vuelta al cole

De nuevo aquí, algo más jodones (a ratos) y con esa sensación antiarrugas de que septiembre esconde novedades a las que abrirse sin pestañear a costa del jet lag mental que siempre nos crea el volver de las vacaciones. ¡Toma oración! 

Tampoco desconectas del todo, no os creáis: vas, vienes, no terminas de cerrar la maleta y tu cuerpo ya no sabe sobre qué colchón descansa. Tienes la cabeza en otras cosas y entre matemáticas e inglés te descubres sentado ante la misma pantalla de ordenador que te mantiene en vela durante el resto del año. Oh, shit! Si aún no te ubicas, basta encender la tele a eso de las 15:13 y ver cómo niñitos tan majos, todos de su padre y de su madre, berrean como jabalíes en su primer día de clase... Entonces lo sabes: ¡arranca el nuevo curso!

NIÑITO MAJO - ¡Buahhh, buahhh! (= ¡Matadme de una vez, cabrones!)
MAESTRO - ¡Oh, pobre! (= ¡Es hijo de Satán...) Si aquí estarás divinamente... (= ... pero conozco el exorcismo adecuado!)
PADRE - Anda, anda, Jorgito, ya verás lo bien que te lo pasas. (= Y a mí deja de jorderme hasta las 20 h, ¿eh?, que hartito me tienes)

¡Qué recuerdos! 

Cuando uno surcaba los pupitres en busca de nuevas caras y cruzaba los dedos para que le pusieran con la guapa de la clase. O cuando decidías que dos centímetros de lápiz ya eran excusa para comprar uno nuevo, y desempolvabas el viejo compás que llevaba años habitando en tu cuarto. Pero lo más divertido era cuando caía algún libro de texto nuevo... ¡y lo forrabas! Curiosamente, esto ocurría con una frecuencia inversamente proporcional a las velas que iban cayendo, ya que viví unos años en los que todavía se seudorespetaba el material heredado del hermano mayor y los profesores tenían a bien dictar apuntes y repartir fotocopias. Para suerte de libreros (que hacen su agosto tardío) y desgracia de todo lo demás, algún iluminado MBA en marketing tocapelotas dijo que el Saber cambiaba de pantone (o editorial) cada doce meses, y el resto a poner el culo.