Pronto será el Día del Gazpacho (o no), por eso de celebrar 365 cosas diferentes y tener un titular más en la reserva, pero hoy hablaban de esos que mueren o son presos por retratar con lente y pluma una realidad que no termina de entenderse a sí misma, por lo que mucho menos el resto de mortales, hormiguitas, que la poblan. Malos tiempos para la lírica y para el que sale de las facultades de Comunicación (hijos de buena cuna aparte), con poco futuro más allá de una beca de parbulario o el impagable reto de esperar durante horas a que la folclórica salga del gym. Lástima de matrícula.
Pero sí, hoy hablaban también de quienes se la juegan, aunque sólo sea por haber nacido en el país equivocado, por tener las ideas equivocadas, o por elegir la profesión equivocada en el momento equivocado. Cuánto equivocado... Mas son puentes, los periodistas, imprescindibles para cruzar el inagotable río de la ignorancia, que amenaza desbordarse en estos tiempos cuando tantos medios tenemos a nuestro alcance, tantos otros desaparecen, y tan poco nos empeñamos en informarnos.
Libertad vs. felicidad. Conocer frente a ignorar. Conceptos que, por desgracia, a menudo confrontan, mas uno sigue empeñado en buscar la segunda a través de la primera, aun sabiendo que nada de eso existe.
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