Debemos de ser muy tontos, porque mira que nos lo explican una y otra vez y nada, que no se nos mete en la cabeza. Para colmo (y fruto de nuestra impotencia) pataleamos como niños pequeños, hacemos cartulinas como escolares y acampamos en cualquier lugar como jóvenes boys scouts... no tenemos remedio.
Y es que la banca está hecha para grandes intelectos, de eso no hay duda: vende lo que no existe y te piden lo que no tienes. Nunca puede morir y, si está en apuros, le sufragas el rescate a un 1-2% para que invierta tu pasta en deuda soberana a un 6-7%, cerrando un negocio redondo. No tiene dinero para ti, pero cuida bien de quienes dirigen el cotarro, con módicos sueldos de cientos de miles de euros al año y despidos millonarios.
Ya lo decía aquel: un buen gerente es aquel a quien descubres en su despacho pensando. Algunos, si me apuras, hasta dan cabezadas.
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