en que nos ha tocado la generación más tonta de todas, y si no fue así igualmente lo pienso. Nuestros hermanos mayores lograron llegar a tiempo para colocarse medianamente bien, y nuestros hermanos pequeños (obsesionados por quemar etapas como quien quema un cigarro) follan mucho más. ¿Dónde quedamos los de en medio?
Puede que suene a excusa barata para quien no logra sus metas, pero me da a mí que el "¡quietos todo el mundo!" nos dejó un poco tocados a los que tirábamos de teta o de placenta.
Coincidimos (presente) también en que no pudo ser, a pesar de que era claro y en botella. Así que tras muchos dimes y diretes, pajuelas colectivas y escaparates en rebajas... seguiremos otros cuatro años con más de lo mismo, contemplando una ciudad sesgada en dos mitades cada vez que caigan cuatro gotas y bajo las riendas del sheriff más dicharachero del condado.
Hay tantas cosas que no entiendo que no merece la pena dar más publicidad a quien no la merece.
Hay tantas cosas que no entiendo que no merece la pena dar más publicidad a quien no la merece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario