Desde fuera se ve todo esto como algo ciertamente exagerado, sobre todo en eso de comprar por comprar como único festejo admitido. Y es que doy la razón a uno de mis jefes en eso de que es uno de los actos que hacen del ser humano un ser más libre, en tanto en cuanto satisface una necesidad, pero como todo, el exceso pervierte el bocado y emplastece aún más si cabe algo materializado ya hace tiempo.
¿Somos libres al comprar tanto? No, señores, somos esclavos.
Felices fiestas.
grande!
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