Mírate al espejo, aunque sólo queden unas pocas horas para que caduque la oferta. Es gratis, nadie te cobra, así que trata de aguantar un rato el reflejo. Contémplate, admírate, sonríe, llora, ponte de un lado, del otro, agacha la cabeza, levántala (bien alta) y escupe al cristal con rabia, porque a partir de ahora sólo serás tú quien lo haga.
Parecen muchas cosas, pero cualquier bachiller las puede resumir en una: quererse.
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