Acaba de pasar por mis manos una publicidad de una conocidad tienda outlet de deportes, y leo (literalmente) el siguiente eslogan:
"..., tu tambien puedes!"
Porque todo vale, hasta hablar mal si es necesario y escribir peor para que hasta los zotes te entiendan. Siempre avanzando, sí señor. Como los cangrejos.
Y entonces hilo el asunto (que yo nací para hilandero) con una noticia de hace un par de días, en la que un profesor de la Pontificia renunció a impartir clases porque estaba harto de que sus alumnos (universitarios ellos, además de pudientes) fueran incapaces de escribir un párrafo sin faltas de ortografía. Con dos cojones.
Y a mí, que tampoco me libro de mis correspondientes pataditas a la gramática, y que, fruto del despiste, la ignorancia o la torpeza en mi mecanografía, me puedo equivocar como todo ser humano, me parece cojonudo.
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