Tal vez pido lo que no doy. Es un error muy frecuente, el del pataleo irredento que nos ubica en el epicentro de todo lo importante y desde el cual exigimos, caprichosos, a los demás aquello que no sabemos o no queremos mostrar. Por otra parte creo que doy más de lo que pido, porque a poco que lo haga (dar) aprendí desde bien pequeño del no al tiovivo y a las chuches. Gastarme cinco duros en un palo de regaliz era un trofeo y tener mi propia colección de cromos un privilegio cada vez que mi padre me sorprendía con un sobre de cinco. Todo lo que gano lo ahorro y mi único gasto es la caña del fin de semana y alguna escapada al cine (lo reconozco), así que salgo barato cuando irrumpo en casa ajena y me sé capaz de vivir más bien con poco y sin tocar mucho los cojones.
Dicho esto, el uno de marzo escribí, como dices, algo sobre señales, y no es una petición ni mi compromiso firme para un trueque de emociones. Aquella entrada surgió por el motivo pertinente, y este blog es la botella desde la que lanzo mensajes a quien quiera perder su tiempo en leerlos, pero no vía de comunicación para nada ni nadie. Soy silencio en las distancias largas y poco ruido en las cortas. Recibo tu mensaje bajo un soportal que me resguarda de la lluvia mientras el bruno de enfrente me habla del color azul y no es momento de responder a nadie. La red no es la herramienta para nosotros, que somos más de alicate y escoplo, así que tranquilo. Tampoco es mi ventana al mundo, y si lo fuera tengo tantas (ventanas) que resulta complicado para cualquier visita cotillear lo que ocurre dentro. Y tampoco lo son mis mensajes, ni el teléfono o el tam tam de los timbales.
Me preguntas qué me cuento, pero no soy un gran tema de conversación por ahora. (Re)quieres también algo de mí, pero me vuelves a pillar en renuncio. Decirte, por lo demás, que estoy, porque no me he ido. Y que vendrán tiempos mejores, seguro, porque aunque tengo abono en palco del vaso semivacío, mis ojos que no son azules no me impiden ver el líquido, y por eso, como tú, apelo al intercambio de pupilas.
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