Todos los de esta sala sabemos que mi imaginación fue y vino en el mismo tiempo que tardó en encenderse el halógeno tras pulsar el interruptor. Todos lo vieron. Estaban aquí. Pero diré en mi defensa que fue ella la culpable al decirme que si quería me pasara por su casa esta tarde, en cualquier caso. Yo, cómodo, le dije que podía esperar hasta el lunes, y pareció que se quedara con la palabra en la boca. Cosa rara fue que lo notara, y traté de poner remedio aclarando un posible malentendido: "para cobrar", añadí. Claro, para cobrar, reaccionó ella.
Mi imaginación fue y vino en el mismo tiempo que tardó en encenderse el halógeno tras pulsar el interruptor. Todos lo vieron. Pero aviso que la próxima vez crucemos las miradas será todavía más rápida y traicionera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario