cumpliste treinta. Como muchos de los de mi alrededor. Como yo dentro de nada. Te pregunté si harías algo especial, con eso de ser una década nueva y demás tradiciones no escritas, pero conociéndote no me sorprendió tu respuesta.
Daba la sensación de no ser un día especialmente importante, a pesar de todo, y te imagino en casa, con tu mujer y familiares más cercanos, haciendo algo sencillo. No sé lo que haré yo, por si preguntas. Planteo una escapada improvisada a una capital de Europa o a cualquier otro sitio que no conozca. Un vuelo tirado de precio, de última hora, un albergue de no más de 15 euros la noche y el resto de mi presupuesto en cerveza y lo que surja. Something easy.
Son dos formas tan lícitas y distintas como lo somos tú y yo, y a pesar de eso, de la creciente divergencia en nuestras decisiones, seguiremos felicitándonos por muchos años. Muchas son las cosas vividas en común para que dos caminos decidan no cruzarse con cierta frecuencia, y el respeto y el cariño quedan por encima de todo.
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