Con el calor parece que todo da más lo mismo, y uno a veces tiene la sensación de que lo que hace o deja de hacer sirve para poco. Todos procuramos tener el culo a salvo de salpicones y el resto nos importa un pedo. Las penas se curan con hierbabuena y siempre tenemos una piscina a mano en la que remojar los malos rollos. Subtitulo la mierda que trasluce bajo los termómetros para que sea más evidente al olfato, y siguen los mismos veinte desgranando su presente a falta de algún futuro (el mismo que rebusca entre contenedores mientras su mujer y su niña aguardan unos metros más allá). La flor de algunos se muestra más hermosa que otras veces y los rastrojos de los demás se traducen en hojas secas.
Y sí, uno es pesimista por oficio y convicción, y eso (lo que uno es) queda irremediablemente impregnado en lo que ve que le ocurre.
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