Mi hermano (santo varón) tuvo hace nada reunión de viejas glorias del colegio, y eso mola (y da vértigo): lo de contarse cada X cómo le va a uno, sus logros y fracasos, brindar por los sueños no cumplidos y mostrar las fotos del crío, que ya está hecho un cabroncete. Es como ver de nuevo el anuncio de Cucal y sentir un escalofrío en la piel al escuchar esa frase mítica: "las mata bien muertas". Buah...
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