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viernes, 29 de julio de 2011

Bocados

Esta mañana vi a ese chico en Hacienda. Creo que eran gemelos, y tan peculiares ambos... El de hoy sigue con ese paso tan saltarín, diez años después (diez años... madre mía), y esa semisonrisa perenne en su cara. Siempre pensé que era gay, pero verle de la mano de una rubia diez años (diez años...madre mía) aparentemente mayor que él me crea la duda. Como aquel otro chaval que solía vestir de Nero y que se refugiaba en la facultad de Topo(grafía), a dos minutos de la mía y con una biblioteca (y cafetería) mucho más sugerentes. Te hacían sentir que no estabas solo en un entorno tan sumamente ajeno en ciertos ratos, aunque nunca crucé con ellos ni media palabra, a pesar de ser todos nosotros de Alcalá. El mismo entorno creó en mí el apodo del "ingeniero humanista" (o tal vez me lo creé yo), y me hacía sintonizar mucho más con ficciones que, a modo de bocados (de realidad), gestaban en mí aquella persona en la que aún hoy trato de convertirme.

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