más favores de los que pido, creo. Eso me dijiste una vez: que nunca pedía nada, que siempre estaba ayudando. Y tal vez tengas razón. Tal vez sea nuestra función, la de aquellos que sólo servimos para echar una mano de vez en cuando, dentro de nuestras limitaciones.
Qué favores quieres que pida, en cualquier caso, si el que más necesito es el mío.
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