... porque no es la primera vez que se malinterpretan tus comentarios.
Reencontrándome con un email de hace años (de esos que guardo como los cromos de antaño) leo tus palabras, y me pregunto qué será de ti, que quisiste seguir mis pasos. Cuidaré mis formas, aunque me cueste tanto. Procuraré, al tiempo, no crearme enemigos, de esos que uno inventa sin saber cómo lo ha hecho.
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