Hoy he soñado que ordeñaba una vaca.
Sirva la anécdota para arrancar con humor la recta final de este blog. Se acercan las vacas y la vida no es sólo mucho más que sentarse a escribir (o leer) estas líneas, sino que debería comenzar en el momento en que uno aparta la mirada de un ordenador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario